De cara a un referente, literato y poeta
Julián Malatesta define a la poesía como una “construcción literaria donde el poeta se propone construir un mundo posible y en ese mundo posible poder someter a crítica, indagación y exploración la historia, las épocas, su propio itinerario como sujeto en la sociedad, sus vínculos con el mundo”.[1]
A raíz de su libro ‘Poéticas del Desastre’ realizado entre el 2000 y 2003 en donde trata algunos paradigmas del siglo XX sobre la literatura, más exactamente en la poesía y el proceso que lo llevó a emitir fuertes críticas sobre las obras y políticas de esa época.
Por ello quiero que tanto los lectores como yo nos pongamos sus lentes y observemos el panorama que lo llevó a emprender la travesía de registrar la poesía, sus conflictos y su perspectiva hacia las mismas. Para él lo fundamental “es mirar un poco el problema de las políticas culturales en un país como el nuestro y cómo se fue constituyendo el estado moderno en relación con esas políticas culturales”.
De lo anterior habla en el primer paradigma patrimonialista, “el cual consideraba la cultura como todo aquello que significara lo culto; por ende se privilegiaba la música clásica, las óperas. Mientras que la causa liberal era un poco el mecenazgo digamos pero todo hecho desde la dádiva, hasta que se llega al paradigma de la democracia, donde se funda Colcultura, allí se empieza a descentralizar la política del estado, a promover la lectura en las regiones y a generar procesos participativos. Pero siempre lo que ha pasado en la región, en una ciudad como Cali es la ausencia de una política cultural coherente que permita que las cosas tengan sostenibilidad y mantenimiento a largo plazo”.[2]
Cristina: ¿A qué se refiere cuando enfatiza que la poesía es hablar de las luchas sociales y del nadaísmo, cree que ese estilo se conserve aún?.
Malatesta: Cuando menciono las luchas sociales y la nadaísta es porque en la década del 70 se dio el periodo de la ilusión, digamos que de los cambios de liberación nacional en América Latina, la ilusión de las revoluciones.
El nadaísmo nace enfrentándose a la violencia en Colombia como un proyecto contra la violencia en Colombia que se estaba viviendo en esa época, creada por un grupo de escépticos, iconoclastas, descreídos ya de todos los grandes proyectos de emancipación no muy convencidos de que podía trabajar en eso es el proyecto nadaísta. No es que haya que hacer una poesía sino es que de alguna manera aparecen unos poetas que están muy determinados por esos contextos históricos, por esas situaciones sociales que se viven en el país y se viven en el continente.
Cristina: ¿Por qué denominó a su libro ‘Poéticas del Desastre’?, ¿tan mal veía la poesía de ese entonces o a qué se debe su inconformidad tan arraiga desde el título hasta el último punto cuando lo finaliza.
Malatesta: Porque en el siglo XX los primeros cincuenta años tenemos una poesía muy pacata (de poco valor, insignificante), una poesía muy de espaldas a lo que le acontecía al mundo, incluso en los mismos temas que se tocan son demasiado pobres. Los poetas ni siquiera logran ser grandes poetas modernistas con la excepción por ejemplo de Antonio Llanos que yo recupero allí en la obra.
“Una poesía del desastre es una obra que le sigue cantando a las cumbres, a los valles, pero por esos valles están pasando los trenes cargados de muertos y es como si no se enterraran, como si el paisaje fuera del siglo XIX; es una poesía lamentable". Entonces son los años sesenta los que permiten una ruptura radical.
Cristina: Profesor ¿usted es conocedor de los nuevos colectivos de poesía que existen en Cali, qué hacen y su ubicación en la misma?.
Malatesta: Muy precariamente, conozco muy poco sobre todo los vínculos que tienen. Conozco algunos como el Palabreo, Plenilunio, hay uno que tiene un nombre espantoso que la momia guisada y los poetas son muy malos, son muy regulares y los que están en búsquedas particulares no logran consolidar una obra. Además, hay unos jóvenes metidos en el mundo de las relaciones, redes sociales y el mundo de internet…. Por ahí están surgiendo muchas cosas que pueden ser valiosas, pero todo esto apenas se está consolidando. El lío que tienen las tecnologías es el carácter fugaz y efímero de ellas mismas que uno no sabe ¿cómo van a permanecer? por lo menos como sujetos activos en el mundo del arte, no sé.
Cristina: Entre sus anécdotas y quienes conocen toda su trayectoria lo conocen por haber hecho parte del colectivo ‘El Palabreo’, ¿cómo llegó a ser el director de ese mismo grupo?.
Malatesta: ‘El Palabreo’ nació hace como diez o doce años por una idea del poeta Aníbal Arias que era bibliotecario en la Universidad Santiago de Cali y empezamos a hacer unos talleres: Harold Kremer en narrativa y yo en poesía y entonces el grupo de Harold continúa y ‘El Palabreo’ se constituye con poetas de gran recorrido como Edgar Lozano, Antonio Cibara, Rafael Escobar De Andaréis y yo estuve cinco años dirigiéndolo, con la participación de mujeres y de gente muy inestable.
‘El Palabreo’ que está son los que permanecieron durante todo el tiempo, pero ha sido un lugar de entrada y salida de mucha gente y después por mis oficios en la universidad no pude continuar. A su vez porque la misma universidad tampoco los respalda plenamente, ellos han logrado muchas cosas, han seguido haciendo cosas y también porque me opuse a que estuvieran tan desesperados por publicar y hacerse conocer. -Yo siempre he creído que primero hay que consolidar una obra y tener una obra de verdad- esa es la historia de ese colectivo.
Cristina: ¿Cuál es la misión o el objetivo que tienen al reunirse como colectivo de poesía?, en su caso ‘El Palabreo’ en ese entonces recibía personas adultas, jóvenes con interés por la literatura o manejaban ciertos criterios de intelectualidad.
Malatesta: ‘El Palabreo’ recibe allí gente joven o gente que quiera estar, tiene unas reglas de juego como ir todos los sábados a la biblioteca de la Universidad Santiago de Cali y se han propuesto unos temas como una especie de currículum para ir explorándolos y en eso actúan mucho. Mientras que hay otros grupos que están más dedicados a la realización de eventos, a la organización de recitales sin importar el tamaño ni la consideración de la obra.
Cristina: ¿Ha pensado continuar el análisis que abordó en ‘Poéticas del Desastre’ o simplemente quiso visibilizar a los más relevantes que daban de qué hablar en cuanto a poesía vallecaucana?.
Malatesta: A mí me interesa mucho la reflexión en torno a las poéticas pero uno de los problemas que tiene el libro es que no me ocupo de modo particular de las obras, sino que los nombro y hago una selección y entonces allí tocaría de esos 99 poetas yo me quedaría por ahí con diez. Porque yo lo que hago es hacer una antología de gente que ha tenido una geografía cultural y que han gozado de algún reconocimiento en diversos momentos. Por eso cuando me acusan de haber excluido gente yo digo que ahí no se ha excluido a nadie, que lo que yo hago es no incluir. Es decir, yo voluntariamente no incluyo a gente que no ha ganado en esa geografía cultural, solamente al final entran los jóvenes (que para esa época lo eran), como la poeta Cristina Valcke, Tatiana Saavedra, Elizabeth Marín. Por el momento no está en mis planes retomarlo.
Cristina: En la época en que publicó su libro se veía muy marcada la política en la literatura, actualmente ¿cree que también se cumple esa afirmación o han cambiado los paradigmas que plantea allí?.
Malatesta: No ahora hay mucho desarraigo en la escritura que están haciendo los jóvenes, hay un desapego, hay un afán de escándalo y cuando aparecen las preocupaciones de orden social y todo eso, son universales, son planetarias, contra la guerra y Colombia no es lo esencial. Es que somos como humanos, creo que ellos tienen unas preocupaciones superiores a las nuestras, más fuertes y vigorosas. Es un cambio constante donde se ve marcada cualquier otra cosa menos la realidad.
Cristina: ¿Cómo ve la poesía a futuro en manos de los jóvenes?, cree que tenga proyección o todo lo contrario que la legítima poesía se quede en el baúl de los recuerdos, de aquellas épocas de abuelos donde primaba el cortejo y la revolución?.
Malatesta: Creo que puede haber grandes proyectos, en estos momentos pueden aparecer grandes poetas, están metidos como en dinámicas tan nuevas, tan distintas, que tienen que ver con la música y el mundo urbano. Yo me pregunto ¿cómo nos verían los viejos a nosotros cuando estábamos muchachos?, en el mismo desconcierto digamos, ¿esto si será que aguanta, si será que va a llegar lejos, hasta dónde va a ser?. Yo creo que así estarán los jóvenes, ahorita en relación con gente de mi edad hay gente que está a la espera. Si veo gratas sorpresas.
Cristina: ¿Por qué cree que actualmente no haya un legado de poesía en general caleña?, prácticamente su obra ‘Poéticas del Desastre’ es la fuente más completa que se atreve a hablar de la poesía y sus autores en la ciudad.
Malatesta: Considero que hay un problema muy serio y es la ausencia de crítica en un país como el nuestro. En un país como el nuestro se empobreció la crítica y los poetas trabajan en su obra pero no desarrollan un pensamiento crítico, ni siquiera sobre su propia obra. Entonces yo siempre he tenido esa preocupación, para mí es fundamental el pensamiento crítico.
Cristina: ¿Cree que se hayan olvidado poetas y obras debido a que no queda la evidencia a lo largo del tiempo?, como autores poco leídos u obras que no fueron leídas a gran público.
Malatesta: Sí, yo creo que otra labor que quizá la hagan otros es la de arqueología. Por ejemplo en mi investigación descubrí poetas que no lograron publicar su obra y que pueden ser muy valiosos (en relación con su época).
Hay gente escribiendo por ejemplo en la Universidad del Valle hay un profesor que es un gran escritor y a él no le interesa ser conocido como novelista. Él para celebrarle un cumpleaños a su mujer le escribió una novela, maravillosa, extraordinaria y entonces así hay gente con libros de poemas, como ajenos al mundo, que si esos libros se rescatan podría uno analizar cómo anda la literatura de un lugar, de una región.
Cristina: Una de las conclusiones que saca en ‘Poéticas del Desastre’ es que no hay una literatura colombiana, sino varias literaturas colombianas. ¿Cómo llego a esa afirmación?.
Malatesta: Me refiero a las literaturas colombianas es cuando vos decís ‘literatura colombiana’, entonces desconoces el carácter pluricultural que somos y pluriétnicos. Hay literaturas colombianas: con los indígenas, con negritudes, con los LGTB, la poesía hecha por mujeres, hay la posibilidad de que se expresen muchas literaturas; entonces son múltiples las literaturas que se asumen en un país.
Cristina: Profe actualícenos actualmente ¿a qué se dedica?, ¿sigue escribiendo o se dedicó de lleno a la docencia?.
Malatesta: Todo el tiempo estoy trabajando en la literatura, soy profesor pero acabo de terminar un libro de poemas, tengo dos libros de poemas inéditos. Además, acabo de terminar una novela, recientemente escribí un ensayo sobre arte. Yo manejo una actividad impresionante.
Cristina: Que hiperactividad, pero ¿está próximo a publicar?.
Malatesta: Mmm… Estoy buscándole editorial a la novela.
Cristina: ¿Julián a qué le escribe, en qué se inspira o cuál es su tema de confort?, a la hora de escribir poesía.
Malatesta: Yo le escribo al amor y a la guerra, al amor y a la lucha, pero todo el tiempo le escribo al amor, el cual me soporta los temas y creo que el amor acontece en contextos. En las trincheras las gentes se aman, que en los bombardeos las gentes se aman, que las parejas deambulan en medio de la inseguridad y en medio de la zozobra se aman.
Cristina: ¿Julián ha pensado trascender sus obras impresas a plataformas digitales?.
Malatesta: No, ni se me ocurre, ni lo sé hacer. Eso podría pasar… Esa idea si la propuse en la Universidad Santiago de Cali que los libros que se sacan inmediatamente se cuelgan digitalmente en la página web, pues es a lo máximo que yo he llegado en modernidad.
Cristina: ¿Cómo han tomado los jóvenes sus obras, críticas y legado que hasta el momento ha dejado?.
Malatesta: Uno no tiene la certeza de cómo lo están recepcionando, porque en mi vínculo con los estudiantes no tengo un vínculo como narcisista. A veces ni siquiera propongo mis propios trabajos, trabajo con autores distintos, me da como pena, me parece que eso debe ocurrir en otro lado.
Algunos de mis textos están escritos como si estuviera peleando con molinos de vientos, escribo peleando, entonces no sé si esa agresividad que tengo al plasmar mis letras los jóvenes las reciban de buena manera o al contrario sean objeto de polémica.
Cristina: ¿En qué momento de su vida tomó la decisión de ponerse a escribir? o desde muy pequeño había elegido lo que actualmente es, un gran escritor y experto literato en varios géneros.
Malatesta: Yo estuve en una casa muy cultivada, digamos en una casa que me educaron aprendiendo poemas, recitándolos de memoria y todo empezó cuando le hice un acróstico a una niña de mi colegio en mi pupitre. Esa pobre muchacha pasó una vergüenza horrible porque era una tarea de español y entonces yo sentí que yo podía seguir escribiendo.
De hecho había muchos juegos, yo escribía todas las cartas de amor de todos mis amigos a sus muchachas. Entonces de alguna manera siempre estuve en la escritura. Uno no sabe cómo es que ocurre eso de manera precisa pero si está presente como el llamado.
Cristina: ¿De dónde surge el ‘Malatesta’?, si bien es cierto ese no es su apellido de pila.
Malatesta: Es un apodo me lo puso una muchacha cuando joven porque para ese entonces yo estaba leyendo la obra de un anarquista llamado Errico Malatesta y desde esa vez no me pude quitar el apodo, yo para evitar la mofa empecé a escribir así. Debido a ello el apodo terminó haciendo desaparecer mi nombre real Juan Julián Jiménez Pimente
[1] Malatesta, Julián. Universidad Autónoma de Occidente. Cali, Colombia. Entrevista inédita, febrero de 2016.
[2] Ibid.